Para el artista tapatío Julio Mancilla el arte es otro idioma para comunicarnos, su sello se encuentra en la mirada de sus personajes, una mirada triste, melancólica y un tanto aburrida para recordarnos que la mirada no miente y que son nuestros ojos una ventana hacia el alma.
“NO HAY DESCANSOS PARA UNA MENTE CREATIVA” – Julio Mancilla
Julio Mancilla, es un artista plástico originario de Guadalajara, quien refleja su sensibilidad a través de sus obras, confiesa que es autodidacta y que empezó sus primeros trabajos a una edad adulta, de niño visitaba la casa de su abuela y se inspiraba con las obras de su tío Gilberto Mancilla, estos fueron sus primeros acercamientos con el arte.
Mancilla asegura que pinta por “necesidad de expresión” y que, aunque ha estado tentado a dejar de trabajar como artista y dedicarse a algo más, su pasión por el arte es tan fuerte que no puede dejarlo, su espíritu siempre lo llama a hacer arte, es su gran escape de la realidad-. Confiesa que son muchos los sacrificios que tuvo que hacer en su carrera como artista, muchas las frustraciones que tuvo que pasar en el proceso de su trabajo; pero esto sólo lo ha ayudado a tener mayor disciplina, perseverancia y a no desistir.
Durante su adolescencia pasó gran tiempo con el artista plástico Simón Cruz, pero luego se dedicó de lleno a la música. Cuenta que un día fue digitalizar unas obras y se encontró el artista Alejandro Rizo, quien halagó su trabajo y lo alentó a comprar óleos y nuevos instrumentos para dar vida a sus obras, desde entonces no ha dejado de crear y de sorprender con su arte.
“Paso mis días aprendiendo, enriquecido mi estilo, esto ayuda a mi proceso, y a crecer como artista, ya que soy autodidacta.”
El valor que describe su trabajo es la persistencia y el constante enriquecimiento de su estilo. El artista cuenta que es imprescindible ver con el corazón para poder adentrarse en la magia y en un mundo fantástico y lleno de posibilidades. Asegura que todo nace de su subconsciente, y una vez concebida la idea comienza su etapa creativa. “Cada cabeza es un mundo y en mi mundo existe un sin fin de posibilidades, toda obra y cada personaje cobra vida en mi mente”.

El sello que representa sus obras son las miradas de sus personajes, así mismo, los simbolismos escondidos, las frases que las acompañan, los elementos geométricos y la numerología que en su total evocan más que una emoción.
La mayor fortaleza que tiene Mancilla como artistas es la de persistencia y la disciplina, además de estar en un constante descubrimiento de si existe un equilibrio entre lo que en su mente crea, lo que su mano plasma y lo que quién la observa digiere.
Los artistas que lo inspiran desde siempre es Alejandro Colunga, quien despertó el gusto por lo surrealista y figurativo, sus esculturas lo llenan de pasión. Así mismo, la obra de Leonora Carrington y Remedios Varo a quiénes admira enormemente y lo han hecho reflexionar sobre la inspiración misma. “El arte es para los observadores y la observación es lo que quizá ha enriquecido mi estilo y me a ayudado a crecer como artista”.
Lo que más disfruta de su trabajo es el proceso, “No hay nada más hermoso en este mundo que amar lo que haces, y cuando uno ama lo que hace lo disfruta” asegura Mancilla. El momento más memorado en su vida como artista es el presente, le gusta saborear los momentos y cada paso que va conquistando, haciendo una pausa para contemplar su trabajo y sus retos. “Vivo el presente, me detengo y desde ese punto analizo mí pasado y las futuras posibilidades, disfrutando el momento, para que los nuevos retos o los que lo eran antes no sean un suceso sin sabor”.
El trabajo más sobresaliente de su carrera debido a su significado son las cuatro esculturas expuestas en Lobby 33, dos de ellas interactuando y que representan -“la omisión del presente”-. Lo que el artista llama las nuevas enfermedades; una se encuentra mirando hacia derecha (estresada por el futuro) y otra a la izquierda (con depresión por el pasado a las cosas que no pudo cambiar), “Se encuentran angustiadas, no son felices, debido a que no están viviendo el presente”.
La última técnica con la cual está trabajando la cerámica, se encuentra preparando nuevas obras, asegura estar en un constante aprendizaje. Él hace sus propios bastidores, compra la madera y prepara la tela. Así mismo manipula todas las técnicas de escultura como la piedra, la madera, el acero, el bronce, el vidrio y el concreto, le encanta ser versátil en su rol.
Su mayor orgullo es su familia, ya que siempre lo han apoyado y alentado a lograr sus objetivos, inspirándolo a sacar su mayor potencial, que para él son la libertad y el atrevimiento. Su país favorito para visitar es Italia, debido a que es la cuna de los grandes artistas. Lo que más le gusta comer es “La carne en su jugo” originaria de Guadalajara. El museo que nunca se va a cansar de visitar es Museo del Louvre en París, donde se encuentran las obras más sorprendentes de la historia de la humanidad. La película que nunca se cansa de ver es la Western “El bueno, el malo y el feo” de Sergio Leone. Su libro, sin dudarlo, es “Así habló Zartustra” de Friedrich Nietzsche. Adora los olores a pino y las resinas naturales. Pero también disfruta el aroma del café en las mañanas. Su juguete favorito de niño, los coches clásicos de metal y madera.
Actualmente, podemos encontrar su obra escultórica en Lobby 33 en Plaza Andares, hace pocos meses presentó su exposición “HINHÓSPITOS” la cual tuvo excelentes comentarios y se encuentra preparando obra para una exposición en Seattle, Washington. En su joven trayectoria ha expuesto en 3 ocasiones de manera individual y más de 60 de manera colectiva.Instagram: @julio_mancilla
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