El lado físico de la moda ha regresado, ¿para quedarse? Una reflexión sobre el futuro de las pasarelas y otras estrategias de la escena fashion
Por Saúl Rubio
Existe un accesorio al que hemos odiado y amado sin opción; no se trata de la bolsa más espectacular ni las botas vaqueras más amadas de la temporada. El cubrebocas se volvió el verdadero must del guardarropa.
No podía ser de otra manera. La necesidad (y tranquilidad) de usarlo ha sido igualmente proporcional a la libertad de soltarlo en la mayoría de los espacios. Con alivio, las medidas por la actual pandemia se han relajado en la mayoría de los rincones del planeta, mientras sus números graves van a la baja y, al mismo tiempo, algunos cambios sustanciales para el sector moda.
Si bien el punto final a este episodio histórico de carácter social, médico y económico está ciertamente distante, las diversas industrias comienzan a realizarse bajo una nueva normalidad que se acerca a lo que conocimos antes de marzo del 2020.
Lo anterior gracias a un reencuentro con el lado sensorial. Probarse una prenda, ver un anillo puesto en la mano, caminar sobre un par de zapatos nuevos, visitar una y otra vez nuestra tienda favorita, pagar en efectivo y hasta usar la terminal, ha sido algo que dimos por sentado durante décadas. Hoy los sentidos lo agradecen nuevamente.
El mundo del retail vive un renacer que pasea entre quienes deciden (o necesitan, por la razón que sea, emocional o mera preferencia) hacer compras físicas y los que han disfrutado de la comodidad digital. Nadie lo niega, el comercio electrónico y la interacción con los dispositivos llegaron para quedarse, aumentar su presencia y consolidarse.
Sin embargo, también es imposible ignorar que existe un cansancio real por los aspectos virtuales.
Proveedores y buscadores de experiencias
Bajo un concepto híbrido, por ejemplo, las semanas de la moda y las principales ferias especializadas han apostado por la combinación de pasarelas, fashion films y performances contundentes.
La parte física lleva la delantera y ascienden entre el calendario las propuestas para retomar los desfiles.
Los amantes de la moda agradecen este formato y los creadores, empresarios, grandes firmas, productores de todos los tamaños y por supuesto, las mentes detrás de concept stores han dado inicio a ofrecer estos esfuerzos nuevamente.
¿Otros ejemplos? Las producciones de moda regresan con múltiples participantes, las entrevistas encuentran otros espacios más allá de la pantalla, los cocteles por el lanzamiento de una colección se conjugan con movimientos inevitables en las redes sociales y un sinfín de estrategias relacionadas a la comunicación así como comercialización empiezan a hacer las pases con la realidad presencial.
Sí, quienes hacemos, producimos o consumimos moda, nunca estuvimos más agradecidos.
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