paperstreetadmin
Perspectiva de Elizabeth Salim
Concurso de Moda Eco-sostenible por parte del Instituto Ítalo-Latinoamericano, Embajada de México en Italia.
El concurso de Moda Eco-sostenible de la IILA reunió a aproximadamente 150 participantes de toda América Latina con el objetivo de destacar a los tres mejores diseñadores sostenibles y presentar sus colecciones en Roma. La intención detrás de esta iniciativa no solo es abrir puertas para talentos emergentes, sino también establecer alianzas estratégicas con pequeñas y medianas empresas italianas. Esta colaboración busca atraer talento latinoamericano y facilitar un intercambio bilateral para perfeccionar técnicas de diseño y abstracción cultural.
“Absenta” fue la colección que diseñé para este concurso, con la intención de ofrecer una propuesta única y diferente a la reconocida tropicalización mexicana. Mientras esta última es conocida a nivel mundial, no logra capturar la complejidad completa de las identidades mexicanas, especialmente aquellas que sobreviven en las junglas de concreto y encarnan la disidencia contemporánea.
Esta colección se inspira en la modernidad líquida de Zygmunt Bauman, que refleja la plasticidad social actual en la que consumimos a los seres humanos como si fueran productos, dando como resultado el canibalismo emocional y la infravaloración de la vida y su significado. Cada pieza invita a la reflexión sobre nuestra percepción del sentido humano y su evolución a través de la tecnología, explorando conceptos como la felicidad, el amor, el éxito y la evolución. Presenta un cuestionario profundo que pone a prueba la empatía y la adicción actual a la gratificación inmediata, la sobreestimulación del color, la desintegración del amor y los patrones de consumo con un impacto psicológico.
Una de las preguntas líderes en esta colección es: “¿Consumes productos o consumes seres humanos?”
Los parámetros de selección fueron complejos pero justos, evaluando la relevancia social, cultural y económica de cada propuesta según la sostenibilidad, identidad, innovación, calidad del producto, impacto territorial y comunicabilidad.
Creo que la propuesta de SVLIM fue elegida por su valor permacultural, evidente en su enfoque circular, visión antropológica y enfoque en la salud mental a través de la desintoxicación de la dopamina en una paleta de colores neutra. Su visión tecnológica y la aplicación de la sostenibilidad como arte y ciencia contribuyeron a su éxito.
SVLIM es muy respetada en áreas sostenibles de América Latina por ser pionera en comunidades de producción con perímetro controlado, conocida como la estrategia “km5”.
“Como parte de nuestra iniciativa para reducir nuestra huella de carbono, hemos implementado la estrategia ‘km 5’ con nuestros proveedores y colaboradores. Esto significa que nuestras oficinas están estratégicamente ubicadas a una distancia no mayor de 5 km de nuestros socios clave, como maquiladoras, donantes, servicios de paquetería y proveedores.
Esta medida no solo ha resultado en una reducción significativa del 45% en nuestra huella de carbono anual, sino que también ha optimizado nuestros tiempos y mejorado la comunicación, todo respetando los procesos internos de nuestros valiosos colaboradores.”
Alinearnos con la agenda global de sostenibilidad ha sido un desafío, especialmente con una propuesta circular que busca competir y alinearse con conceptos de alta gama que evolucionan con las tendencias de streetwear.
Creo que fuimos seleccionados no solo por el valor estético de la colección y su historia subyacente, que aborda desde un mensaje sobre el despertar de la conciencia hasta el valor entrañable de una sociedad que nos limita emocionalmente como seres humanos que han perdido su empatía en las frías manos del consumismo. También visualizamos una propuesta contemporánea poco común que aborda la mexicanidad desde perspectivas exóticas, utilizando texturas variadas como desechos tecnológicos, piezas elaboradas con impresión 3D, biomimética y detalles sutiles pero femeninos que regalan un suspiro limpio a los amantes de la moda, el brutalismo y la tecnología.
